Modesto, resiliente, resistente, inmortal. Palabras que describen a la bella ciudad de Torreón y a uno de los principales materiales con los que sus edificios están construidos: el ladrillo. Junto con el adobe y la madera, desde 1880 el ladrillo ha sido emblemático en la arquitectura de esta ciudad coahuilense.

Torreón es tan variado en su arquitectura como las diferentes arcillas con las que se crean los ladrillos. Así como existen variedades en tonos y temperatura de cocción del adobe para conseguir gamas diferentes.

Las primeras construcciones hechas de ladrillo en la ciudad demuestran la misma humildad que el material en sí: casas habitación hechas con la versión más común y económica, el ladrillo anaranjado.

Posteriormente empezaron las combinaciones de ladrillos anaranjados con blancos, como en la histórica finca de dos plazas de la familia Madero. En esta edificación, que luego se convertiría en la presidencia municipal de Torreón, el ladrillo no solo funge como elemento de construcción, sino también de decoración.

Al ser una ciudad seca y calurosa, las capacidades térmicas del ladrillo resultaron ideales para aislar el calor. ¿Qué lugar necesita capacidades térmicas especiales porque contiene mucha gente? Las escuelas. Emblemas de la ciudad, como la Benito Juárez, construida en 1907, son evidencia de lo popular del material desde tiempos inmemoriales.

Así como Torreón, existen en nuestro país ciudades y estados enteros cuya arquitectura es representada por este inmortal material.

 

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