Con la llegada del verano, vienen las vacaciones y las altas temperaturas. Hay pequeños y fáciles cambios que podemos hacer en la decoración del hogar para dar la sensación de menor temperatura. Al integrar tonos fríos como azul, celeste, blanco o gris ayudamos a que la sensación térmica de un espacio sea menor.

Aquí te dejamos tres tips para este verano.

 

Un santuario fresco

Nuestra cama no solo debería de ser el lugar más cómodo en nuestro hogar, sino el más fresco. Un simple edredón blanco o con decoraciones azules puede hacer milagros en nuestra percepción de temperatura.

Procura evitar los textiles sintéticos y que contengan poliéster e inclínate por fibras naturales como algodón y lino. Éstos últimos respiran con más facilidad y atrapan menos calor.

Primavera permanente

Introducir flores no solo nos da la sensación de paz. El usar un florero traslúcido, donde podamos ver el agua que nutre las flores nos remite a la frescura. Las margaritas, gerberas y girasoles pueden aguantar el calor siempre y cuando cambies su agua a diario. ¡Recuerda evitar los tonos rojos, anaranjados o amarillos!

Si las flores no son lo tuyo, puedes utilizar plantas acuáticas como julietas, o palmeras de piso. No solo te refrescarán, te ayudarán a purificar el aire de tu espacio.

¿Se te prendió el foco?

Aunque esta puede ser una solución a más largo plazo, con la llegada de focos inteligentes es más accesible. La iluminación tiene una enorme influencia en nuestra percepción de la temperatura.

El tener focos con luz cálida da la sensación de temperaturas más altas y lo opuesto sucede con luz blanca. Cambia los focos o iluminación de las áreas donde más tiempo pasas a iluminación fría o blanca.

Las luces cálidas que iluminan directamente desde arriba recuerdan a nuestro cerebro del efecto del Sol. Por esto, evita usar luces que están directamente sobre tu cabeza y enciende lámparas de escritorio, piso o buró. 

 

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